Google Wave, Google dio una respuesta a las redes sociales

Mucho se había escrito sobre la amenaza potencial que podía suponer la efervescencia de las redes sociales al gigante del logo multicolor. Muchos habían pronosticado una pérdida paulatina de la posición dominante desde un escenario a priori ajeno a su “core”, a su buscador, argumentando que también Microsoft cedió el trono de la industria del software a partir de un producto que en su tiempo no parecía ir con ellos y que en el presente es su mayor quebradero de cabeza.

Así, mientras unos y otros se siguen preguntando cómo rentabilizar aplicaciones que no logran público y retorno económico en la misma medida, Google podría haber decidido invertir todo su músculo en crear otra red social, o en relanzar y potenciar Orkut. Podría, en definitiva, haber adoptado la misma estrategia que Microsoft con Bing, es decir, dar una vuelta a lo mismo, a lo que ya existe, acertar en un par de cosas, fallar en tres o cuatro más, lavarle la cara al producto y presentarlo como si acabase de reinventar la rueda.

Pero no lo ha hecho. Ni mucho menos. Por el contrario, propone con Google Wave precisamente un nuevo paradigma, otra forma de hacer las cosas en Internet en torno a la conversación entre personas, en torno a lo que denomina Waves, hilos de charla digital con un elevado componente multimedia. En resumen, integra con inteligencia sus aplicaciones más potentes en una diferente, cierra el círculo a su visión de lo gratis y ofrece, simplemente, una alternativa a todo lo que hemos visto hasta ahora.

Hasta estos momentos no había podido ver la demostración preliminar y debo decir que me ha dejado con la miel en los labios. Lástima que tengamos que esperar hasta algún momento indeterminado de este año, pero sin duda merecerá la pena.

En el debe, no quiero pasar por alto el hecho de que Google se vea en la necesidad de lanzar una “preview” de un producto que aún no está listo. Últimamente no ando demasiado bien de memoria, pero no recuerdo algo similar en ellos, que nos tienen mucho más acostumbrados a darnos acceso en “beta” (que a menudo se hacen perpetuas) que a hacernos hablar de aplicaciones que aún no existen. Atención, pues por un lado supone un riesgo porque hacen promesas cuya penalización de imagen en caso de incumplir puede ser considerable y, por otro, es en apariencia un movimiento defensivo y preventivo que alguien poderoso y dominante no debería verse en la obligación de realizar. ¿O sí?

Fuente: mkt0

Saludos
Dr.White